domingo, 31 de agosto de 2008

Entre espías y detectives



La curiosidad y la observación van de la mano. Juntas en el camino de la investigación, donde se resuelven enigmas y se responden interrogantes. Donde lo principal es llegar a encontrar todas las pruebas que no encontró la ley. Ello son los que descifran el entramado real de un asesinato, una venganza por amor o por dinero; por estafas o fraudes. Y también por amistad o por familia. Se hacen llamar espías y detectives.

Su trabajo se basa en la búsqueda de aquellos datos que no pueden ser encontrados, por quienes tienen que ser obtenidos. Cada detalle que se ha pasado por alto, cada huella, cada escena tiene que ser estudiada de tal forma de obtener de ellas algunas pistas que sirvan de pruebas. Una característica esencial e infaltable de los espías y detectives es la curiosidad. La descifraría como las ganas de saber más que puede tener un ser humano. Llevando al punto culmine de no saciar esas ganas o necesidades hasta no resolver el último enigma y no encontrar la última de las respuestas a sus interrogantes.

Dupin (personaje principal de Los crímenes de la calle Morgue) dijo que “La observación se a convertido para mí en una especie de necesidad”. Desde distintos puntos de vista la observación puede ser utilizada de diversas formas. Ocultándose, diciéndose solo una parte o transformándola. “No hace falta decir mentiras para mentir, con decir medias verdades también se miente. Me refiero a su modo de negar lo que es y de explicar lo que no es”.

Muchos de los que trabajan en la investigación se preguntan ¿con qué fin? actuó de esa forma. Encontré la respuesta a esta pregunta en un fragmento del Tú eres el hombre “La probabilidad de que alguien haya cometido un delito depende del beneficio que pueda obtener como consecuencia del mismo”. “La verdad no esta siempre en el fondo de un pozo. En realidad, yo pienso que, en cuanto a lo que más importa conocer, es invariablemente lo superficial. La profundidad se encuentra en los valles donde la buscamos, pero no en las cumbres de las montañas, que es donde la vemos”. Los fragmentos o frases a resaltar fueron obtenidos de dos cuentos esenciales de un clásico policial de Edgar Allan Poe.

Algunos casos de muertes se dan por venganzas, estafas, amores y traiciones. Otros encuentran la puerta falsa de la muerte. Suicidarse y no aguantarse la realidad que va de sufrimientos a felicidades. Vivir es una lucha constante, con sabores indescifrable, con deseo y ansiedad. Con ganas de no seguir más. Pero los que se mantienen erguidos sobre sus pies saben que lo mejor combatir los hechos y tirar para adelante. Suicidarse es de cobarde. *Y los suicidas dicen que el amor es una pación violenta y yo lo niego. La pación que proporciona más intensas emociones es el miedo; con él se debe jugar, si se quiere disfrutar de los verdaderos goces del vivir* fragmento obtenido del cuento de Robert Louis Stevenson El club de los suicidas.

Entre notas, crónicas y cuentos vemos distintos puntos de encarar un mismo hecho. Observamos como las diversas miradas se transforman en narraciones literarias o noticiosas. Partiendo de casos reales o inventados. *Hemos partido de una simple hipótesis, hemos imaginado y ya ves cómo las conjeturas se transforman en certezas.* Fragmento obtenido de Silver Blaze.

Por: Aguilera, María Celeste.

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