Un recorrido por la obra completa de la escritora Adela Basch
Humor, rimas, palabras y literatura son los ingredientes más importantes a la hora de preparar la cocción.Un encuentro donde se revelaron secretos y explicaciones sobre la literatura infantil y adulta. Un recorrido por la obra completa de la escritora Adela Basch titulada “La cocina de la escritura”, quien habló de sus producciones y de su experiencia personal, en el evento organizado por
Adela Basch nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, en 1946. Es escritora y editora egresada de la carrera de Letras de
Posteriormente otras obras escritas por la autora fueron llevadas al teatro, entre ellas “Colón agarra viaje a toda costa”, “José de San Martín, caballero de principio a fin”,“¡Que sea
En la presentación del viernes pasado desenterró sus secretos sobre la escritura. Como por ejemplo que primero tiene que tener la idea organizada, planeada. Después empieza a escribir con una intención pero llega a otra. No cree ser tan dueña de lo que escribe, porque el deseo es lo que la lleva. Es una persona adulta pero por dentro sigue siendo una niña inquieta y atolondrada. No paró de moverse, se sentó sobre el escritorio donde estaban los libros, luego en la silla de al lado; más tarde empezó a caminar y gesticuló bastante.
Además Basch coordina numerosos talleres de escritura, promoción de la lectura y difusión de la literatura infantil, organizados por universidades, direcciones de Cultura, escuelas y bibliotecas de la ciudad de Buenos Aires y de las principales localidades de
Para demostrar que cada palabra va eligiendo con quien estar se puso a rimar con calles. Tomó el mapa de Rosario entre sus manos, lo desdoblo y empezó a leer los nombres. “La primer calle del Huerto rima con.... Humberto, Roberto”, ensayó. Así siguió con la segunda y tercer calle rosarina. Asimismo determinó que el humor puede ser una puerta para todo. Porque una vida sin humor se empobrece y se opaca. “El humor es una mirada de encarar el mundo con ojos críticos”, advirtió.
En el recorrido íntimo que brindó en
Sumado a esto explicó que la literatura para niños es una herramienta de marketing. Porque cuando el libro trae impreso en la tapa que es para chicos de
Para finalizar expuso dos preguntas más que interesantes. La primera; “¿Por qué un niño no puede leer a Neruda?. Y la segunda: ¿No lo va entender porque para el adulto sea difícil?”. “Es una mentira que haya libros para niños y para grandes, la mayoría de los adultos subestiman en alto grado a los chicos. Ellos tienen muchísimo para enseñar. Más que los seres humanos que han hecho un mundo como éste. Escuchémoslos, respetémoslos, porque nos pasan por arriba”, vociferó Adela Basch.
Opinión:
La inteligencia de los chicos
Los chicos están más que preparados para este mundo de la tecnología de avanzada, de las actividades rápidas y prácticas. Desde el siglo XXI en adelante se acostumbra con facilidad a los nuevos cambios. No como los adultos que son más rezongones y lo ven como algo lejos de su alcance. Muy pocos intentan acercarse a las nuevas herramientas de las que disponen hoy los chicos desde temprana edad.
Todos estos cambios como Internet, el celular, la computadora y la play statión son aceptados por los chicos como moneda corriente y para los adultos como cosas raras y difíciles. Sirviéndoles como excusas perfectas para decir que el chico está alejado de los libros y del estudio. Ellos creen que estos avances los han alejado de la lectura y de la escritura. Mamá y papá los subestiman desde temprana edad con la falta de vocabulario y de ideología; pero detrás de esto hay una responsabilidad muy clara. Los padres no aceptan el rol que les toca cumplir como tales, marcarles el camino a seguir, con reglas, horarios y pautas.
A pesar de que los padres crean que los chicos están “perdidos”, ellos están más que adelantados en un mundo que evoluciona para hacer de la vida algo más simple y sencillo. Los chicos poseen una habilidad impresionante para la adaptación. Son muy bichos. Nacen y crecen con un desarrollo constante de tecnologías, donde ya esto no les parece raro y se adaptan al cambio como si nada.
Por: Aguilera, María Celeste